IMPRESIONANTE recital de U2 en Buenos Aires
Podría decir que el show fue impresionante, que la banda sonó mejor que nunca, que Bono tiene una presencia escénica nunca antes vista. Podría decir que el recital fue increíble, con una selección de canciones impecables y en un marco imponente. Pero todo eso ya fue dicho muchas veces. Esta vez voy a quedarme con otra cosa: los shows de U2 son mucho más que un simple recital. Son una experiencia única para ojos, oídos y espíritu. La manera en que las canciones se mezclan con las imágenes, la forma que tienen para crear momentos y atmósferas es algo indescriptible.
Todo comenzó bastante temprano. Para evitar eventuales colas, decidí ir al estadio a las 4 de la tarde. Debo decir que la organización fue impecable: entré caminando lo más tranquilo, sin esperar un minuto. El ambiente en el estadio era impecable: mucha juventud, varias parejas y algún que otro vejete (aunque muchos menos de los que esperaba).
La espera se hizo corta: entre charlas sobre temas varios (fútbol y música, básicamente), el tiempo voló. En los parlantes, sonaron The Smiths, The Clash, Blur, Kasabian y Razorlight (canté “The golden touch” como si los estuviera viendo en vivo). De repente, era de noche y salió Franz Ferdinand. No tengo mucho para decir de ellos más que su presentación fue prolija. No me llamaban mucho la atención antes y este recital no cambió mi opinión. Sonaron muy bien, Kapranos tiene algunos destellos de showman y no se le achicaron al Monumental. Pero pasemos a lo importante.
22:05… las luces se apagan… comienza a sonar el temazo de Arcade Fire que sirve de introducción… y de la nada, aparece The Edge. La introducción es inconfundible: “City of blinding lights” nos vuela la cabeza. 60.000 personas deliramos y cantamos a los gritos “oh-you-look-so-beautifulllllll… tonight!!”. Difícilmente podrían haber elegido una canción mejor para abrir.
La fiesta sigue con “Vertigo”, y el campo no deja de saltar. Le sigue una versión increíble de “Elevation”, con un arreglo nuevo que los fans ya conocíamos pero que sorprendió a los desprevenidos.
Ahora sí, los platos fuertes. Si hay una canción que suena increíble en vivo, si hay una canción que yo estaba esperando, ésa es “Until the end of the world”. Es de esos temas que nunca salen mal, y esta vez no fue la excepción. Sólo voy a decir una cosa: la guitarra de Edge es impresionante. Uno de los puntos más altos de la noche. Ahora sí, se vienen los hits todos juntos: jóvenes y adultos deliraron con “New year’s day”, clásico que logró unir a todos los presentes. Después, la primera gran ovación de la noche: una versión increíble de “I still haven´t found what I’m looking for”, que Bono aprovechó para decir en su rudimentario español “Gracias por esperarnos después de haber pasado momentos tan difíciles y que han sido superados por la nueva Argentina". Las referencias al país continuaron en “Beautiful day”: Bono cambió la letra y cantó sobre Buenos Aires, la Patagonia, el Río de la Plata y muchas otras cosas que no terminé de entender por su pobre español. Lo importante es la intención.
Luego de este inicio arrollador, llegó el momento de la parte emotiva. Acompañado tan solo por la guitarra de Edge, Bono cantó “The first time”, canción que nunca habían hecho entera hasta la gira actual. Luego le tocó el turno a una conmovedora versión de “Sometimos you can´t make i ton your own”, que Bono dedicó “a mi padre”. Aquí dio rienda suelta a todo su caudal de voz, en una gran muestra de talento.
El momento de las “canciones políticas” llegó con la habitual trilogía “Love or peace or else”- “Sunday bloody sunday” – “Bullet the blue sky”. Sobre la primera y la tercera, diré que nunca me entusiasmaron demasiado, pero que en vivo suenan increíble. En ellas, Edge dio rienda suelta a todo su talento, en unos solos impresionantes. En el medio de “Sunday bloody sunday” Bono cantó “Rock the Casbah”, de los Clash.
En lo que fue una verdadera sorpresa para mí, la gran ovación de la noche se la llevó “Miss Sarajevo”. No sabía que los argentinos tenían tanto afecto por esta canción, y la interpretación de Bono en la parte operística en italiano arrancó el aplauso masivo de todo el estadio.
Qué puedo decir de “Pride” que no haya sido dicho antes: si no te emociona esta canción, estás en el recital equivocado. Sobre el final, la pantalla se cubrió de las banderas de Latinoamérica, y entonces fue el momento de “Where the streets have no name”. A esta altura el estadio ya era una fiesta. Como si fuera poco, tras ella llegó “One”, en la que todos los presentes prendimos encendedores y celulares. Con ella terminó el set principal, y los U2 dejaron el escenario. La espera fue corta, porque en seguida llegaron los bises.
La banda volvió al escenario con “Zoo station”, una canción que pocos en el estadio conocían y que nunca me resultó particularmente atractiva. Al menos, Bono cantó la letra original, a diferencia de los shows de Estados Unidos. El “segmento Achtung Baby” prosiguió con una impecable versión de “The fly”, que personalmente me fascina. Después fue el turno de una excelente versión de “Mysterious ways”, y 60.000 almas bailamos como locos al ritmo de una de las canciones más funk de U2.
No entendí bien qué pasó durante “With or without you”. Bono amagó con subir a una chica al escenario, pero por alguna razón no ocurrió. Tal vez hayan sido los de seguridad, no lo sé bien, pero me dio la sensación de que Bono se ofuscó un poco y no le puso muchas ganas al resto de la canción.
Finalizada la canción, la banda abandonó el escenario por segunda vez.
Ahora sí me surgió algo de incertidumbre. Pero la espera no fue mucha, porque volvieron al escenario en seguida. Aquí decidieron darse un pequeño gusto personal: tocaron “Fast cars”, cara B de “Vertigo” y una elección rara para un país que no tiene tradición de comprar singles. En un momento sentí que era la única persona en el estadio que la conocía… tal vez la única canción del setlist que hubiera cambiado. The Edge siguió con la acústica y fue el turno de la hermosa “Yahweh”.
Ahora era el turno de ver con qué cerraban. Yo quería “40”, pero “All I want is you” me encantó. Finalizada la canción, llegó el momento de la gran sorpresa de la noche: una versión acústica de “Love is blindness”, canción con la que cerraban la gira Zoo TV y que no tocaban desde 1993. Para alguien que siguió con detalle el Vertigo Tour y se sabe de memoria los setlists, fue una grata sorpresa. De hecho, hoy los fans de todo el mundo están envidiosos por el regalito que nos hizo la banda.
Y así se terminó esta verdadera celebración que fue la primera noche de U2 en Buenos Aires. Con un setlist que satisfizo a fans y espectadores casuales, los irlandeses demostraron por qué son la banda más grande del mundo.
4 Comments:
Hola! Muy buena la cronica del recital de U2, aunque te voy a ser muy sincero y no la leí entera, jeje. Bueno se nota mucho tu fanatismo y tu admiración por esa banda. y gracias a tu excelente retorica en la redacción, no me arrepiento de no haber ido, porque al leer lo que escribiste es como si casi hubiera estado ahí.
Saludetes u nos vemos en menos de una hora en el laburo. Buahh!
Edú
Siempre es un placer leer los comentarios de tan elocuente escritor. Nos vemos pronto, Besos...
Vir.
Bueno va de nuevo.
Te decía que en tu cronica se nota mucho tu fanatismo y admiración por la banda. Que te voy a ser sincero, no lo leí entero porque es muy largo. Y también te felicitaba por tu retórica en la escritura y que a pesar de que no fuí ver a U2, leyendo tu blog es como, mas o menos, haber ido.
A triunfar!!!
Edú.-
Hola amor!!! dale que actualizabas!! si queres que la gente te firme por tu recibimiento tenes que poner uin post para eso!!! Todos sabemos lo bueno que estuvo el recital de U2 y que vos la pasaste increiblemnte bien salvo por un par de moretones.. pero tenes que abrir un post para que la gente te alague ya que ya sos un periodiste y de hecho el mas lindo de Argentina y del mundo, se que esto lo puede estar leyendo algun colega tuyo asique sepan disculpar el ulitmo comentario, pero para mi adri es el mas lindo de todos!!! besos
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