Champagne Supernova

18.10.06

La fiesta interminable - Primera Parte

Reproduzco a continuación mi nota sobre britpop publicada en Psicofxp. Como sé que es bastante extensa, decidí postearla en dos partes para hacerla más digerible. En una semana, la segunda parte...

Hedonismo, autocelebración, soberbia. Reacción, explosión, fugacidad. xceso, saturación, cansancio. Confianza, juventud, descontrol. Fiesta interminable, ocaso. Mucho se ha dicho y todavía mucho queda por decir sobre esa extraña cadena de acontecimientos que sacudió a la escena musical británica y mundial hacia mediados de los 90 y que recibió el nombre genérico de britpop. Mas cercano a un movimiento cultural que a una tendencia musical homogénea, más parecido a una necesidad de aire fresco que a una corriente autoconsciente, el britpop llegó como un vendaval, arrasó con todo a su paso y se fue de un modo tan estrepitoso como el que llegó. Pero fue divertido mientras duró y, lo más importante, dejó en su corta vida un puñado de artistas y canciones memorables.

Como todo fenómeno cultural, el surgimiento del britpop obedeció a causas múltiples. En lo estrictamente musical, resulta esencial comprender el estado de situación de la escena inglesa de comienzos de los 90: los movimientos locales más importantes, el sonido Madchester y el shoegazing, que habían logrado su pico hacia finales de los 80, estaban moribundos, mientras que el sonido grunge, importado de EE.UU., encontraba en bandas como Nirvana y Pearl Jam su grado máximo de popularidad y desarrollo. La "invasión estadounidense" era total. La respuesta no tardaría en llegar en la forma de una nueva generación de artistas que se propuso, consciente o inconscientemente, recuperar la más clásica tradición musical inglesa, tanto a nivel sonoro como estético y temático. Estaba a punto de nacer un movimiento que le devolvería una voz inglesa al pop británico.

Yanks go home!

Si bien es imposible asignar una fecha específica para el nacimiento del britpop, dos hechos clave sirven como punto de partida. El primero es la aparición en mayo de 1993 del segundo disco de Blur, "Modern Life Is Rubbish". En él, la banda liderada por Damon Albarn (voz) y Graham Coxon (guitarra) abandonaba el sonido Madchester y las letras livianas de su disco debut para convertirse en ácidos cronistas de la vida urbana inglesa. El disco fue fundacional por varios motivos: no sólo su sonido recuperaba la más prestigiosa tradición inglesa de bandas como The Kinks y The Who, sino que sus letras abandonaban el existencialismo grunge para analizar en tono sarcástico los costados más sórdidos de la sociedad inglesa. Sus canciones son postales sobre el consumismo, el exitismo, las presiones y las represiones de la vida en las islas. Si bien el disco pasaría inadvertido en su momento, no tardaría en ser reconocido como el puntapié inicial para lo que vendría después.

El segundo acontecimiento dejaría en evidencia otros dos elementos de esa mezcla explosiva que fue el britpop: el hedonismo de los artistas y su explotación (e incluso incentivo) por parte de la prensa especializada. En abril de 1993, la revista Select publicó un número histórico: la tapa presentaba al andrógino Brett Anderson, cantante de Suede, junto a una declaración de guerra. "Yanks go home! (¡Yanquis, váyanse a casa!)", reclamaba en tono provocador el vocalista que, para dejar aún más en claro su postura, posaba con una bandera inglesa de fondo. Como si esto fuera poco, la portada mencionaba a las bandas nuevas Pulp, St. Etienne, Denim y The Auteurs como estandartes de "la batalla por Gran Bretaña". Ahora sí, definitivamente, había nacido el britpop.

La obsesión de Albarn y Coxon con convertirse en irónicos cronistas de la pacata sociedad inglesa alcanzaría su punto más alto con el tercer disco de Blur, el memorable "Parklife". A lo largo de 14 canciones, el cuarteto de despachaba contra la hipocresía inglesa y su consumismo vacío en ciudades de plástico. Paradigmática resulta la sarcástica "Magic America", canción que se burla de un turista inglés que viaja a Estados Unidos para comer comida chatarra, comprar en shoppings, ver TV y disfrutar de toda la “gente mágica” que vive en el país del norte.

Por su parte, Suede dedicaría sus dos primeros trabajos ("Suede" y "Dogman Star", de 1993 y 1994, respectivamente) a retratar la vida suburbana, en sórdidas historias de sexo, drogas y exclusión. En la banda de Brett Anderson y Bernard Buttler es Bowie el modelo a seguir, tanto en la interpretación como en el sonido.

A medio camino entre Suede y Blur encontramos a Pulp, banda que luego de una década de intentos infructuosos lograría su sonido definitivo con el impecable disco "His’n’ Hers", de 1994. De la mano del inclasificable Jarvis Cocker, Pulp se convirtieron en la voz de los miles de jóvenes cuyas vidas no siempre coincidían con el modelo arrogante e impetuoso que proponían otros nombres del britpop.

En sus canciones se mezclaban elementos autobiográficos sobre los sufrimientos y el despertar sexual de la adolescencia con irónicas miradas a la sociedad de Sheffield, dura ciudad industrial de la que provenían los músicos. Composiciones como "Do you remember the first time?" ("¿Te acordás de la primera vez?") y "Mis-shapes" ("Deformes") captarían el sentimiento de un importante sector del nuevo público post-grunge. La consagración les llegaría al año siguiente, con el disco "Different Class" y el himno de la clase trabajadora "Common People" ("Gente corriente"), en la que Cocker levantaba los estandartes de la gente común y su vida cotidiana. El movimiento no tardaría en extenderse por todo el país, y entre 1994 y 1996 editarían su disco debut una docena de bandas que marcarían el pulso musical del resto de la década: Supergrass, The Verve, Elastica, Ocean Colour Scene e incluso Radiohead, por nombrar algunas.

Los Gallagher al ataque

Pero otra sería la banda que elevaría al britpop hasta dimensiones hasta entonces impensadas. Se trata de Oasis, el grupo liderado por los hermanos Liam y Noel Gallagher, quienes habrían de llevar el rock británico a los primeros puestos de venta (y los titulares de la prensa) de todo el mundo. En más de un sentido, Oasis representó la realización del sueño de miles de jóvenes: criados en la pobreza de la industriosa Manchester, los hermanos obtuvieron un contrato discográfico tras apenas un recital y grabaron un disco debut que se convirtió en el álbum de venta más rápida de la historia de Inglaterra.

Además, sus letras expresaban el
sentir de una juventud criada en los duros años de conservadurismo político y dificultades económicas. "¿Vale la pena el agravio de conseguir un trabajo cuando no hay nada en lo que valga la pena trabajar?", se preguntaban en "Cigarettes & Alcohol". De la mano de ese genial arquitecto de joyas pop que es Noel Gallagher y con la incomparable voz de su hermano Liam, el disco "Definitely Maybe" (1994) se convertiría en uno de los principales hitos discográficos de los 90.

Como era de esperarse, la prensa no tardaría en marcar el contraste entre los toscos y bravucones hermanos de la clase trabajadora manchesteriana y los pulcros y filosos chicos ricos de Essex. En parte gracias a sus propios temperamentos, y en parte impulsada por publicaciones como el semanario NME, la rivalidad entre Oasis y Blur se encendió rápidamente. Así, semana tras semana durante dos años los medios ingleses vivieron de las declaraciones cruzadas entre alguno de los Gallagher y Damon Albarn. La cúspide de la histeria britpop llegó en agosto de 1995, en la famosa "batalla de los singles". Según cuenta la leyenda, Damon Albarn pidió a su discográfica que adelantara la salida del single "Country House", promocional de su próximo disco, para que coincidiera con la fecha de edición de "Roll With It", el nuevo single de Oasis. Si bien Blur ganaría la batalla (vendió 274.000 copias de su single frente a las 216.000 del de Oasis), en realidad ambos fueron vencedores, ya que entre los dos acapararon el 80% de las ventas de esa semana, cifra que ilustra la importancia de ambos grupos en esa época. De todos modos, la victoria a largo plazo sería de Oasis, porque gracias a los hits instantáneos “Wonderwall” y “Don’t Look Back In Anger” el segundo disco de los mancunianos, "(What’s The Story) Morning Glory?" vendería más de 20 millones de copias en todo el mundo y se convertiría en el segundo disco más vendido de la historia de Inglaterra, detrás del Sgt. Pepper de los Beatles.

En la segunda parte: "Cool Britannia" y colapso del britpop

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

muy buen comentario sobre Oasis
conocí Oasis por la canción del Efecto Mariposa "Stop crying your heart out" y después encanché totalemente con "(What´s the story)Morning Glory?"

buen blog
chau

lunes, 08 enero, 2007  

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